Algunos lo utilizan para trasladarse de un lugar a otro con mayor rapidez, para otros es simplemente un deporte urbano. Según los expertos, lo más difícil es aprender a mantenerse en equilibrio (lo cual no parece que suela costar más de media hora), pero una vez que se consigue esto ya pueden empezarse a dar los primeros pasos, para afianzarse en su manejo. A partir de unas cuantas sesiones de práctica, ya se pueden hacer toda clase de movimientos y saltos imposibles. De hecho, para muchos mantenerse activos no es problema, sino conseguir ponerse en pie de nuevo una vez que se han caído.
Para muchos, se ha convertido en una forma de ponerse en forma, sobre todo si no se tiene tiempo de ir al gimnasio, ya que se consiguen quemar hasta cinco veces más calorías que con cualquier otro aparato de entrenamiento. Este artilugio consigue aunar varias formas de ejercicio, como los steps, bicicleta, footing… Así, se consigue moldear la figura al estar activas muchas zonas del cuerpo (glúteos, piernas, abdominales, brazos) y reducir grasa en aquellas partes conflictivas, lo cual lleva a una consiguiente pérdida de peso. Para otros, se trata de una forma de diversión asegurada, pudiendo disfrutar de la ciudad a ritmo de saltos increíbles (de hasta dos metros), promoviendo la competición entre los aficionados.
Su funcionamiento hace que al presionar con los pies en la base, el muelle propicie que el zanco se eleve a gran altura, y los ejes se curven consiguiendo más potencia y velocidad. Así, el individuo puede saltar pequeños o grandes obstáculos elevándose a más de un metro; para los que lo practican, supone una gran sensación de libertad y una descarga de adrenalina incesante, si bien la altura que se logre depende de la destreza del usuario y de su peso. Los sky jumpers están indicados sobre todo para utilizarse en zona urbana, ya que el tipo de terreno más idóneo es de hecho la calle, el asfalto, pues se requiere que el suelo sea plano y duro. Esto se debe a que en la base llevan dos pequeñas almohadillas que podrían hundirse si la superficie donde se practica el jumping fuese plana. Eso sí, hay que tener mucho cuidado por las zonas donde se practica, y elegir preferentemente las peatonales, ya que hay que alejarse de los coches, las carreteras, las pistas, escaleras y techos cuando se practica este deporte.
Los precios de los sky jumpers puede diferir enormemente dependiendo de los materiales con los que esté construido el aparato, siendo los más caros los de acero inoxidable y platino, oscilando de los ciento cincuenta a los setecientos euros. Incluso ya los fabrican sky jumpers para niños, evidentemente de menor tamaño y adecuados al peso del menor. Entre los más solicitados están los de fibra de vidrio, ya que son los más resistentes y seguros; sin embargo, si se observa alguna grieta en la estructura debe dejar de utilizarse y llevarlo a reparar inmediatamente, aunque esto es muy difícil que ocurra, pues los skyjumpers fueron diseñados para soportar el peso que se les designa a cada modelo.