El alemán Michael Schumacher llegaba tarde a un aeropuerto, y al parecer el conductor del taxi que lo trasladaba manejaba con lentitud. Apurado por la hora, el siete veces campeón de Fórmula 1 tomó el volante, condujo como si estuviera en una pista y después dejó 100 euros de propina.
El alemán Michael Schumacher, multi-campeón piloto alemán campeón de Fórmula 1, se dirigía al aeropuerto de Cobourg, ubicado al sur de su país, con cierto apuro en un taxi. El hombre llegaba tarde, sin hacer gala de la muy elogiada puntualidad europea, y al parecer el chofer del vehículo conducía con relativa lentitud.
Entonces, el piloto de 41 años tomó el volante cual si fuera el Mercedes con el que volvió a competir esta temporada, y llegó a tiempo. "De pronto me encontré en el lugar del copiloto. Fue increíble", confesó al diario teutón Abendzeitung el taxista Tuncer Yilmaz, quien dio detalles del viaje.
Según este hombre, Schumacher realizó "adelantamientos increíbles y tomaba las curvas a toda velocidad. Fue muy extraño tenerlo conduciendo, conmigo en el asiento del pasajero".
El siete veces campeón de la Fórmula 1 no sólo pagó los 60 euros correspondientes a la tarifa del viaje, sino que también le dio al taxista 100 euros de propina por el favor de dejarlo manejar.
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