Resultado encuesta de la semana...Revistas en el baño SI!!! XQ?


Hay varias actividades anexas a las funciones de evacuar, que se pueden hacer mientras. Mejor dicho, hay muchíiiisimas otras cosas que se pueden hacer mientras tanto, para optimizar el tiempo. 


Leer, hacer puzzles, escuchar música, cortarse las uñas, pintárselas, depilarse, sacarse las cejas, ver tele, chatear, hablar por teléfono, jugar con el gameboy o el celular, comer para el desayuno, lavarse los dientes, sacarse puntos negros o reventar espinillas, peinarse, hacer nudos de corbata, afeitarse, exfoliarse la cara, mirarse en el espejo, ponerse crema, matar hormigas, fumar, tocarse, lavarse los pies, bailar breakdance, escribir para un Blog y etcétera, etcétera, etcétera.



Pero lo que nos reune hoy aquí es específicamente LA LECTURA. Indagando un poco por ahí, parece ser, que la lectura en el cuarto de baño es una actividad eminentemente MASCULINA. No sorprende. Incluso existen estadísticas que lo corroboran: un tercio de los hombres aseguran llevarse necesariamente lectura al excusado, versus como mucho una quinta parte de las mujeres, lo cual no deja de ser significativo toda vez que también se dice, y otras estadísticas así lo confirman, que hoy en día la lectura es, al menos en términos cuantitativos, uno de los terrenos ganados al hombre por la mujer.



Más datos: los médicos advierten de que leer en el inodoro no es saludable (por estar tanto rato sentado con el totó en esa situación pueden salir hemorroides). En Costa Rica hay un señor, Rigoberto Guadamuz, que reclama para sí la autoría del nombre técnico de la práctica: lectoproedonosmia. Para él el placer es olfativo, pero honrado. En Internet hay multitud de foros, blogs e incluso un grupo de Facebook ( Reading on the Loo , por ahora con pocos adeptos) dedicados al tema. Y sí, la mayoría son hombres.

¿Qué lee el lector de baño? Difícil de decir; si. Tal vez sería pregunta obligada del próximo censo. No me refiero, por supuesto, a los que se llevan una revista rápida, un suplemento o los clasificados de un diario, un prospecto farmacéutico o la guía de calles. Ellos apenas leen; lo sé porque me ha pasado. Me refiero a los que se instalan a leer. No creo que haya un patrón establecido.

¿Hay géneros más idóneos para esta modalidad de lectura? En mi caso, he ido pasando de: los más básico y siempre en altas situaciones de urgencia: frascos de shampoo, acondicionador o desodorantes que por estar a mano sirven en esos casos (y de paso me he enterado de muchas cosas: -mira vos, en San Luis hacen este el Rexona!!! por ej.) luego pueden ser folletos, catálogos de electrodomésticos (las revistas de Megatone o de Frávega especialmente), los cómics y las revistas ilustradas, de los crucigramas o entretenimientos del periódico a los ensayos de teoría cuántica o crítica hermenéutica.

Generalizando mucho, claro, pero tampoco tanto. La lectura de retrete es una lectura retentiva, de concentración y retiro. En esos momentos, volvemos a meternos, para leer, en el armario. No por casualidad el water es, en origen, un closet en el que tenemos que ocupar la mente para que no se llene de imágenes e ideas sobre lo que estamos expulsando. Por eso tenemos que leer…y leemos lo que esté al alcance...y vos taringuero, que leés en ese momento de contricción y aguante?

 

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