Hoy miércoles 22:30 hrs por "la tele", arranca Adicciones, trece unitarios de ficción que involucraron a varios -y nuevos- cineastas locales en su realización.
No tengo en mi mente películas, libros o teatro que me hayan quemado la cabeza como me quemó la televisión en la primera década del siglo. No hay una serie, hay cientos de series. Se fue creando un subgénero en el que se pueden hacer cosas realmente de mucha calidad artística, no sólo de show. En ese sentido, no nos podemos quedar atrás.”Así opina Gabriel Calderón, dramaturgo, actor y director de teatro, y en Adicciones co-guionista y actor de uno de sus capítulos.
Antes de que Gustavo Hernández fuera el director de La casa muda, ideó Adicciones. Hace 4 años. Pensó en una ficción televisiva que tuviera que ver con la adicción, y la presentó a sus otros socios de Contenidos TV. En ese momento la ansiedad fue instantánea: la productora perfeccionó la idea, contactó psicólogos, psiquiatras, instituciones, grabó un piloto y lo presentó al Canal 12.Y el canal aceptó. Pero ganó la espera: “hay un tema de tiempos, de estar seguro cuándo se hace el proyecto; es un tema económico básicamente, es juntar viento en la camiseta para hacerlo”, dice Conrado Polvarini, uno de los productores ejecutivos.
Cuenta Polvarini que participaron más de ciento cincuenta actores y quinientos extras. Más guionistas, directores de arte, directores de fotografía, realizadores... Todos los involucrados cobraron un cachet pero por debajo de lo que corresponde. “El presupuesto es bajo, pero lo que costó la serie es muy alto para lo que es la TV local. Lo que se puede vender de publicidad dentro de la tanda no paga ni cerca lo que salió; ahí ves lo complicado que es hacer ficción en Uruguay. ”
Son trece unitarios: Sexo, Fármacos, Nicotina, Pasta base, Cocaína, Relaciones conflictivas, Alcohol, Juegos de azar, Trabajo, Internet, Consumo, Comida y Religión. “La adicción es como una suerte de disparador, de algo que está sobrevolando el capítulo pero no es necesariamente la historia de una adicción ni de cómo una persona se recupera de una adicción. Eso hubiera sido muy limitado. En mi caso busqué el tono fuera un poco el de un policial. No creo que sea un capítulo realista, ni documentalista; muchos de los capítulos no soportarían el peso de una análisis real”, comenta Guillermo Carbonell, uno de los seis directores de este proyecto.
“Cambian los directores, pero la estética y el formato se continua. Tratamos de ver el perfil de los directores y pensar en un episodio en el que se sintieran cómodos. Por suerte de la lista que armamos, todos dijeron que sí”. Guillermo Casanova (El viaje hacia el mar), Diego Arsuaga (El último tren), Guillermo Peluffo, Guillermo Carbonell, Santiago Paiz y el propio Hernández, que dirigió cuatro episodios: Alcohol, Pasta base, Fármacos y Nicotina. Nicotina lo filmó dos veces: “la primera vez fue hace cuatro años. Lo hicimos de nuevo para que estuviera en alta definición”.
—Trabajar con términos televisivos, ¿qué te aportó a ti como director?
—(G. Hernández). Hay una gran diferencia a nivel del timing comparado al cine. Tenés que ser muy ágil a la hora de planificar las coreografías y las puestas de cámara. Es un trabajo que día a día en el rodaje te exige estar muy despierto para transmitir lo que querés, y de una manera que sea compatible con la producción que tiene cada capítulo. Lo toma mos como mini películas, pero enrealidad son capítulos de televisión, con esos costos. A nivel de equipo tenía que ser un equipo muy aceitado.
Por eso la decisión de los productores fue armar equipos de trabajo para cada unitario. Cada área se independizó, “pero conservando el espíritu que siempre fue el de un gran grupo de personas con diferentes talentos que se juntan para alimentar una idea”.
Entre los guionistas que participaron del proyecto están Roberto Suárez (dramaturgo y director de teatro, que en cine próximamente estrenará Ojos de madera), Oscar Estévez (La casa muda), Pablo Vierci (co-guionista junto a César Charlone de La redota, que se exhibirá en Agosto). Vierci guionó los capítulos Juegos de Azar y Trabajo.
—¿Fue adecuado que el realizador no asumiera el guión?, ¿te parece que ayudó a la historia?
—(P.Vierci). Creo que las dos alternativas son válidas, pero cuando la prioridad es contar una historia bien contada, creo que ayuda mucho que el guionista sea otra figura diferente al realizador. Tengo bien claro que cuando escribo la estrella es la obra, y para que la obra sea la estrella el realizador y los productores deber tener los mejores elementos. Y tengo que estar a su disposición hasta que encuentren el camino perfecto. El principal elemento de una historia es el guión. En este caso el proceso fue exactamente ese: el realizador y los productores pedían y yo escribía, y siempre querían más, yo hacia el tratamiento pero ellos, además, querían explorar otras áreas,y a mí me encanta trabajar de esa manera.
RAÍCES FIRMES. “Básicamente es una serie bastante dramática. En un inicio queríamos que el humor también esté presente y lo está en algunos capítulos, pero no es el tono de la serie; es que las historias nacieron de testimonios reales en el 95% de los casos”, explica Hernández.
Contar con la participación más o menos activa de personas afectadas por una adicción fue esencial para el trabajo del equipo de arte. La dupla Federico Capra (La casa muda) – Rodrigo Borda se hizo cargo de todos los unitarios.
Dice Capra que el tiempo de pre-producción en algunos casos fue de un mes, en otro de cuatro días. “Sabíamos desde el arranque que sería un desafío: las condiciones iban a ser extremas y los presupuestos ‘a la uruguaya’. Nos fuimos dando cuenta de que estábamos frente a una especie de trece largos con un diseño de arte propio cada uno de ellos. Todos los episodios tuvieron su dificultad y su disfrute. El más interesante para mí fue Pasta base porque había que recrear un mundo que uno cree que es bastante cotidiano pero las riñas de gallos y la vida en el categril no es algo que se pueda recrear sino que hay que vivirlo un poco mientras lo filmábamos”.
—¿Qué tomaron como referentes?
—(F.Capra). La verdad atrás década capítulo para nosotros fue una experiencia importante, recurrir a esas personas. A veces es un poco de experiencia personal, también vimos muchos documentales que cubren una temática similar, y las referencias cinematográficas.
En el caso de Alcohol, -que se vinculó al boxeo- vimos muchas películas y las pasamos por un filtro rioplatense de cómo es el boxeo acá. Y una mezcla del mundo así como la gente lo ve, en el caso del boxeo cómo la gente lo ve a través de la tele.
—¿Qué tratamiento le diste a las historias?
—(P.Vierci).A la primera, Juegos de azar, que comencé hace más de tres años, quisimos darle un encare más sorprendente, un universo que pocos conocen, pero cuidándome siempre de la verosimilitud, la palabra clave cuando se quieren hacer buenas historias. Quisimos plantear la historia en un ambiente muy sórdido, plantear un callejón sin salida donde el que está atrapado por la adicción del juego, no pueda escapar, o para escapar tenga que pagar un precio demasiado alto. En el caso de Trabajo el ambiente fue completamente diferente.
Más cercano al mundo cotidiano, pero con la premisa de que un hombre desesperado es capaz de hacer cualquier cosa? “La producción de esta serie para mí es inédita en Uruguay. Y creo que tiene un perfil a nivel de actuación televisiva al que no estamos acostumbrados aquí”. Al comentario de Hernández conviene agregar el de Polvarini: “Fue caótico a nivel de los rodajes, de producción, pero hay distintos tipos de caos...era como todo nuevo.
Todo lo que aprendimos con esta serie yo lo quiero volcar en una segunda, porque es impresionante”. Nueve de estos episodios se rodaron en 2010. El último se grabará en estos días, será Religión y lo dirigirá Casanova. Entre los directores involucrados hay varios que debutan en una ficción (más allá de sus experiencias en cortometrajes). Es el caso de Paiz, Carbonell y Peluffo, que habitualmente dirigen publicidad.
—(S.Paiz).Creo que hubo dos variables que presentaron un gran desafío para mí. La primera qué historia contar para retratar mejor la adicción, y la segunda el tiempo que insumía a nivel de producción llevar adelante esas historias, algunos de mis capítulos tienen más de ocho días de filmación.
Cada capítulo ronda los cuarenta minutos artísticos. Cada rodaje en promedio duró cinco días, lo que correspondía a conseguir unos ochos minutos por día de rodaje.
—(S.Paiz). El coach de actores fue una de las piezas fundamentales del equipo. Alguien con el fue teníamos línea directa, en mi caso fue como un asistente de dirección más ya que su aporte iba más allá de la dirección de actores, pasaba también por el guión. Sin duda la ayuda de Gustavo Bouzas (coach en El baño del Papa,Reus,La redota), esta fue muy positiva. Dirigir a los actores y más en la cantidad que tuvimos fue uno de los aprendizajes más grandes que me dejó Adicciones.
Cada personaje era un mundo diferente que teníamos que construir junto con Gustavo. PROMESA.“Yo creo que Adicciones en sí mismo puede tener un valor variable, creo que tiene mucho si lo consideramos en una escalera hacia la ficción nacional, son varios pasos adelante. Lo que tenemos que seguir viendo es hacia donde estamos yendo”, dice Calderón. Y el mercado es el mundo, así fue pensada esta serie.
“Con cabeza internacional”, según el productor. En las ferias internacionales Adicciones ha tenido gran aceptación. El formato y el programa en forma de lata (los trabajos terminados) cierra ventas con distintos países deAmérica del Norte, del Sur y Europa. Pero el interés, primero, es local. “Hay que saber aprovechar estas instancias para que la tele crezca, mejore, que hayan más retos y que se abran oportunidades para contar historias. Que empiece a tener el mismo reconocimiento que tiene nuestro cine a nivel internacional”, dice Paiz. “Y para ganar experiencia”, insiste Calderón.
Este proyecto podría abrir una posibilidad de que la televisión sea una pantalla para que los cineastas puedan hacer más de su trabajo y no sólo ver a las pantallas de cine como legítimas. Para que más cineastas, escritores, técnicos, productores puedan aprender.
—(G.Hernández). Es muy bueno para los cineasta que vieron una posibilidad de contar una historia dentro de una estructura de producción sólida, que esto les interese. También los ambientes de un director se acotan: o sea hace una película o se hace publicidad, y si no te interesa la publicidad para hacer una película otra vez estás muchos años. Esta es otra veta para intentar comunicar a través de su lenguaje ciertas emociones o ciertas historias en algo masivo. Eso es muy importante: la televisión es muy masiva. Ojalá se pueda abrir el panorama para que esto funcione como en el resto del mundo.
—¿Crees que la televisión se puede convertir en una pantalla propicia para la ficción?
—(P.Vierci). Sí, sin duda, y es un movimiento universal, las series de televisión son cada vez más parecidas al cine, en el sentido de que son más ambiciosas. Lo ambicioso en este sentido es que pretenden calar más hondo en el espectador, los personajes son más profundos y verosímiles, tienen más dimensiones, no es blanco o negro. El umbral de exigencia del espectador se eleva de continuo, y a un personaje que es un estereotipo uno ya no lo compra, le hace ruido. Te despierta del sueño lúcido en que te sumerge un libro o una película. También es bueno no creérsela, no pensar que el cine uruguayo es una maravilla. Se hacen obras cada vez mejores pero creo que estamos todavía al inicio del camino, al punto que Adicciones es la primera ficción en serie
—(G. Carbonell). Lo hice en un plan de sacarme las ganas de encima, y volver a seguir haciendo publicidad. Pero fue muy liberador, me despertó las ganas de trabajar de esta manera. Quiero hacer más proyectos así, pronto. Al menos Guillermo Carbonell ya desempolvó un guión que tenía olvidado.