Si bien Uruguay está en carrera y con buenas chances de conseguir el próximo domingo un nuevo trofeo dentro de su rica historia futbolera, elMaestro Tabárez, máximo gurú charrúa de los últimos años, ya ha dejado en claro que el camino es la recompensa. Desde que asumió el cargo de director de selecciones nacionales de fútbol, en marzo de 2006, Tabárez ha impuesto una nueva filosofía del deporte que no solamente se refleja en el campo de juego, sino en el relaciomiento de los jugadores con la prensa y el público, el comportamiento frente a la victoria y la derrota o la importancia de tener un buen grupo humano.
“Hay un cambio de mentalidad, en que nos creíamos especiales por lo que habíamos ganado hace mucho tiempo y decíamos tonterías, como que un uruguayo no puede salir segundo. Estas buenas actuaciones de las juveniles y de la mayor generaron en gente joven, niños, adolescentes y gente de 40 años, que nunca había vivido una actuación como ésta, una nueva manera de ver las cosas. Saliendo a festejar cuando ellos quieren y no esperar a salir campeones. Y ponerse de parte del lado del equipo que está compitiendo”, dijo el Maestro luego de la victoria en semifinales contra Perú en la reciente Copa América de Argentina.
Ese camino propuesto por la selección uruguaya en los últimos cinco años ha generado momentos inolvidables, dentro y fuera de la cancha. Proponemos un top five con goles, festejos, derrotas y victorias en tanda de penales y palabras emocionadas del gurú Tabárez. Seguramente sea poco, ya que la celeste ha dado mucho en los últimos años.
El camino es la recompensa
Una vez finalizado el Mundial de Sudáfrica 2010 la selección uruguaya preparó su esperado regreso. Una multitud salió a las calles en señal de agradecimiento al equipo que había colocado a Uruguay nuevamente en la elite del fútbol mundial. Luego de una larga caravana, la fiesta se instaló en las afueras del Palacio Legislativo. Emocionado, el Maestro Tabárez tomó el microfono y dio clase.
Una vez finalizado el Mundial de Sudáfrica 2010 la selección uruguaya preparó su esperado regreso. Una multitud salió a las calles en señal de agradecimiento al equipo que había colocado a Uruguay nuevamente en la elite del fútbol mundial. Luego de una larga caravana, la fiesta se instaló en las afueras del Palacio Legislativo. Emocionado, el Maestro Tabárez tomó el microfono y dio clase.
La picada de Abreu… en 2007
El camino celeste no siempre estuvo signado por las victorias. Uno de los momentos más importantes de este grupo de jugadores que hoy pelea un nuevo logro continental se dio en 2007, cuando se llegó a las semifinales de la Copa América disputada en Venezuela. Luego de igualar 2 a 2 frente a Brasil llegaron los penales, que incluyeron: lujosa picada del Loco Abreu, un grito ahogado del Maestro y un penal definitorio en los pies de Diego Lugano. Atentos al look de varios jugadores y el relato de los mexicanos.
El camino celeste no siempre estuvo signado por las victorias. Uno de los momentos más importantes de este grupo de jugadores que hoy pelea un nuevo logro continental se dio en 2007, cuando se llegó a las semifinales de la Copa América disputada en Venezuela. Luego de igualar 2 a 2 frente a Brasil llegaron los penales, que incluyeron: lujosa picada del Loco Abreu, un grito ahogado del Maestro y un penal definitorio en los pies de Diego Lugano. Atentos al look de varios jugadores y el relato de los mexicanos.
La mano de Suárez
Como toda buena historia, la celeste ha pasado en los últimos años por diferentes momentos, estados de ánimo, emociones. Sin dudas, uno de los momentos de mayor drama fue aquel cierre de partido por cuartos de final frente a Ghana, cuando Luis Suárez se vistió de golero para salvar a cualquier precio el futuro de la celeste. La historia luego es conocida: un muchacho llamado Asamoah Gyan la tiró por arriba de los palos y los uruguayos recuperamos la ilusión. Imperdible el relato del Tío Aldo.
Como toda buena historia, la celeste ha pasado en los últimos años por diferentes momentos, estados de ánimo, emociones. Sin dudas, uno de los momentos de mayor drama fue aquel cierre de partido por cuartos de final frente a Ghana, cuando Luis Suárez se vistió de golero para salvar a cualquier precio el futuro de la celeste. La historia luego es conocida: un muchacho llamado Asamoah Gyan la tiró por arriba de los palos y los uruguayos recuperamos la ilusión. Imperdible el relato del Tío Aldo.
La picada de Abreu, versión 2010
Aquel partido con Ghana no solamente fue memorale por la mano de Suárez, pocos minutos después llegó la tanda de penales. Muslera no tuvo nada que envidiarle a Superman y el Loco Abreu definió para la historia. Los uruguayos deliraron en todas partes del mundo. En una parrillada de Santiago de Chile festejaron de esta manera.
Aquel partido con Ghana no solamente fue memorale por la mano de Suárez, pocos minutos después llegó la tanda de penales. Muslera no tuvo nada que envidiarle a Superman y el Loco Abreu definió para la historia. Los uruguayos deliraron en todas partes del mundo. En una parrillada de Santiago de Chile festejaron de esta manera.
La hora de Cáceres
En la Copa America 2011 la celeste no arrancó muy bien y tuvo que medirse contra Argentina en cuartos de final. Aún con los argentinos jugando en su propia cancha, frente a Leonel Messi y con la baja del Ruso Pérez expulsado, la celeste igual se las ingenió para empatar y llevar la definición a los penales. Cuando muchos esperaban que la definición fuera nuevamente de Abreu, el Maestro le dio la chance a Martín Cáceres y éste no falló. Otra vez Uruguay, como en 1987, tal como lo dice el relator chileno Pedro Carcuro.
En la Copa America 2011 la celeste no arrancó muy bien y tuvo que medirse contra Argentina en cuartos de final. Aún con los argentinos jugando en su propia cancha, frente a Leonel Messi y con la baja del Ruso Pérez expulsado, la celeste igual se las ingenió para empatar y llevar la definición a los penales. Cuando muchos esperaban que la definición fuera nuevamente de Abreu, el Maestro le dio la chance a Martín Cáceres y éste no falló. Otra vez Uruguay, como en 1987, tal como lo dice el relator chileno Pedro Carcuro.