Corre el año 1989, hace ya más de veinte primaveras. El 20 de junio, ha sido estrenado en los Estados Unidos un film que inaugura una nueva época de la cinematografía de masas de nuestro tiempo. Los conceptos de franquicia y mercadotecnia han de ser revisados después del gigantesco e inconmensurable éxito de esta cinta, que no deja de batir records y de cosechar la admiración del público y de muchos sectores de la crítica. La película ha conseguido la mayor recaudación de un primer fin de semana hasta la fecha, y concluirá su trayectoria con el por entonces inigualable record de 250 millones de dólares sólo en Estados Unidos. El film se revela como un auténtico fenómeno cultural cuyo arrebatador aspecto visual y puesta en escena fascina a millones de espectadores, que se muestran encandilados por una gran historia con la capacidad de transportarles a otra estimulante realidad. Se trata, claro está, de Batman.
Para la consecución de tan rotundo éxito, el camino no ha sido nada fácil. Han sido necesarios diez años de duro trabajo para dar lugar a esta extraordinaria fantasía que ahora puebla los sueños de miles. Todo comienza en 1979, con la idea primigenia del productor cinematográfico Michael E. Uslan. Este gran fan de los comics pretende llevar a la gran pantalla una adaptación oscura y adulta de su superhéroe favorito, Batman; que debe quedar libre de la negativa influencia de la serie de televisión cómica de los años sesenta. Asociado al productor Benjamin Melniker, Uslan contacta con muchos estudios cinematográficos que, uno tras otro, rechazan sus planteamientos. La preproducción se convierte en un arduo proceso en que múltiples ideas van y vienen sin llegar jamás a tomar forma. Son muchos los nombres de directores que, como Joe Dante (Gremlins) o Ivan Reitman (Los Cazafantasmas), son asociados al proyecto. El mismo Steve Englehart, guionista de comics de gran prestigio entre los seguidores de Batman, realiza un primitivo borrador del guión de la película, que comienza con el asesinato de Robin a manos de un delincuente callejero. Si el objetivo es hacer olvidar la serie de televisión, qué mejor manera que dejar claro desde el principio que el nuevo film no va a tener nada que ver. Los años pasan y, una tras otra, las muchas opciones que se plantean van siendo abandonadas; pues no contienen la fuerza que requiere un proyecto como éste. Se acerca 1989, y con ello el 50 aniversario de la creación del personaje; los responsables han de ponerse las pilas para tener lista para entonces su película de Batman.
Es ya 1988 cuando las cosas comienzan a encarrilarse. Bajo influencia de la Warner, el directorTim Burton entra de lleno en el proyecto. Tras su éxito con Beetlejuice, la compañía confía en su incipiente talento y sus ideas visionarias para dar forma a una de las películas más esperadas de los últimos tiempos. Burton muestra su disconformidad con el guión que Tom Mankiewicz, encargado de muchos films de Bond, había escrito con anterioridad para Batman. Según Burton, el tratamiento otorgado al personaje es muy similar al de Superman, puesto que se obvia abiertamente su naturaleza oscura. El director propone como fuentes de inspiración Killing Joke y Dark Knight Returns, dos obras maestras del comic de superhéroes que han revolucionado el género a finales de los ´80. Al final, será Sam Hamm quien junto a Tim Burton confeccione el guión final para la película, tomando prestados algunos elementos del borrador previo de Englehart.
El director se muestra decidido a explorar la naturaleza oscura y siniestra de un personaje que, para exorcizar un trauma infantil, decide convertirse en una aterradora criatura de la noche y vestirse de murciélago. Para el director, “se diga lo que se diga, eso es muy raro” y para él, es lo realmente interesante y fascinante sobre el personaje. Los productores apuestan fuerte e invierten en el film unos 35 millones de dólares, una de las sumas más elevadas de las que se han visto hasta entonces para el presupuesto de una película. El rodaje se llevará a cabo en los estudios Pinewood de Londres donde, bajo la inspirada dirección artística de Anton Furst y Peter Young; se van construyendo los mayestáticos decorados en que se ambientará la historia. Las expectativas son muy altas y la presión sobre los responsables es grande, hasta que la caja de Pandora se abre cuando es anunciado el nombre del actor que interpretará a Batman: Michael Keaton, quien ya acompañara a Burton en Beetlejuice. Por aquel entonces, el nombre de Keaton se halla inevitablemente asociado al cine de comedia, lo cual provoca la reacción horrorizada de los fans que temen una nueva versión camp y cómica de Batman. Los aficionados acusan a Warner de buscar únicamente el beneficio económico intentando atraer a las salas al gran público que, en su mayoría, concibe al personaje según lo mostrado en la serie de televisión paródica de los años sesenta. El asunto se revela tan candente que, en la misma portada del Wall Street Journal, junto a las estadísticas de producción de acero, puede leerse la noticia. Es impagable la publicidad que para la película supone todo este revuelo.
Mientras, el papel de Joker es otorgado a Jack Nicholson, quien, tras haber actuado como maníaco en otros films, se muestra como realmente prometedor en el papel. La presencia de un actor de su categoría hace que el film sea tenido más en consideración por ciertos sectores de la crítica, llevando a que se pregunten qué es lo que le ha hecho participar en la película. La actriz Sean Young, que en principio iba a interpretar el papel de la periodista Vicky Vale, ha de ser sustituida a última hora debido a un accidente; de manera que Kim Bassinger pasará a ser la inevitable dama en apuros del film.
Los papeles más secundarios, como los de Alfred,Gordon o Harvey Dent son cubiertos, respectivamente, por Michael Gough, Pat Hingle yBilly Dee Williams, actores ya veteranos de reconocida trayectoria y contrastada calidad. Como pequeña vena cómica del film, se introduce un nuevo personaje llamado Alexander Knox, un patoso e impertinente periodista que acompañará a Vicky Vale en sus investigaciones, y que será interpretado por Robert Wuhl. Para completar el elenco, Tracey Walters será Bob, el principal secuaz del Joker; yJerry Hall, conocida por convertirse más tarde en mujer del cantante Mick Jagger, interpretará a Alicia, la chica del Joker.
La presión sobre Tim Burton es enorme durante todo el rodaje, que transcurre en condiciones adversas debido a los constantes cambios de guión y demás circunstancias negativas. Los días previos al estreno, la tensión es máxima, al percibir los productores el hecho de que quizá el film sea demasiado oscuro y no se adapte a las expectativas de su público potencial, poniendo en peligro su éxito comercial. Sin embargo, una abrumadora campaña de promoción como nunca se ha visto antes consigue crear gran expectación y, cuando por fin se estrena, la película resulta ser un arrollador éxito sin precedentes. Se logra el mejor primer fin de semana de estreno en la historia de los Estados Unidos hasta esa fecha.
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