Los rostros de los empleados más flojos de la historia


Un señor leía plácidamente el periódico en el jardín, sentado en su mecedora. De momento, alza levemente la voz y llama a su mujer, la cual se encontraba en la cocina, preparando la comida:
- ¡Mi amor!
- ¡Dime mi cielo!, responde ella desde la ventana.
- Me traes el antídoto contra la picadura de alacrán, responde el hombre
- ¿Ya te picó uno? Cuestiona la mujer
- No, pero, ¡ahí viene! Señala el marido 
Este es un chiste que hace referencia al hombre más flojo de este mundo y cómo en ocasiones nos comportamos de manera sumamente pasiva ante ciertas circunstancias que se nos presentan.
Una de ellas es en el empleo y más aún si éste no llena por completo tus expectativas. El que algo no te guste demasiado no significa que tengas que fingir o engañar a otro, siempre es mejor encontrar opciones para cambiar este estado.
Pero hay personas que prefieren seguir en un "status quo" en su ambiente laboral, basado en la mentira. Hypervocal.com y cbsnews.com publicaron algunas historias de gente que pueden ser consideradas como los empleados más flojos de este planeta, y en De10.mx te presentamos.

1. Howard Dean era el director de servicios de alimentación en el Departamento de Servicios Correccionales de Nueva York. Tenía la responsabilidad de proporcionarle alimento a cerca de 57 mil reclusos. Este hombre faltó todo los viernes casi durante dos décadas.
¿Cómo le hizo para no ser descubierto? Comprobaba con facturas, supuestos viajes a los centros que les proporcionaban los alimentos. Claro que se le ocurría hacerlos precisamente al final de semana. La farsa fue descubierta varios años después de que Dean se jubilara y como los placeres que disfrutó en sus largos fines de semana fueron cubiertos con parte del erario público, se llevó a cabo acción pena en su contra.
2. Emmalee Bauer laboraba en el departamento de ventas y marketing en una prestigiada cadena de hoteles en Elkhart, Iowa. A sus 25 años, el puesto le pareció sumamente aburrido y como en realidad disponía de mucho tiempo libre, se dedicó a escribir un libro de más de 300 páginas acerca de lo poco productivo que era su trabajo.
Pasaba tantas horas pegada a la computadora tecleando sin parar que sus jefes creían que en verdad era una persona muy dedicada a sus tareas. Día con día le destinó 8 horas a su "Diario de la flojera", como tituló a su ensayo acerca de su aburrido empleo.
Finalmente no fue su obra la que la delató, sino que la descubrieron perdiendo el tiempo con juegos de internet. El caso llegó a una corte de la Secretaría del Trabajo y Bauer aún tuvo el descaro de demandar su derecho a ser liquidada de manera completa.
3. Las personas que trabajan en el Ministerio de Agricultura en Japón son los encargados de supervisar todo lo referente a la agricultura, silvicultura y pesca en aquel país. Sin embargo, entre el 2003 y 2007 varios de estos empleados dejaron a un lado estas actividades para editar en Wikipedia todo lo relacionado al ánime Gundam
Una sola persona modificó la entrada en dicho sitio más de 250 ocasiones; otros fueron amonestados por escribir en horas laborales acerca de películas y en general del cine nipón y un grupo más creó cerca de 400 entradas en el portal, un número de páginas muy superior al que cualquier sitio corriente puede tener.
Tsutomu Shimomura, el encargado del departamento, tuvo que aclarar el asunto y aseguró que sus empleados no sólo se dedicaban esto, sino que llevaban a cabo sus labores dentro de la oficina. De seguro que ni él mismo se creyó sus palabras.
4. Sin duda, no existe cartero más holgazán que Joseph Winstead. No creas que tiraba el correo a la basura, lo que sucedió es que se inscribió a una convocatoria para ser jurado en su localidad, misma que obtuvo y combinó ambos trabajos.
Lo que los jefes de la oficina de correos desconocía es que Winstead no tenía que acudir diario a la corte, situación que aprovechó este hombre para estar más días dentro que fuera de casa y con goce de sueldo.
Así se mantuvo durante todo un año, hasta que los directivos de la agencia de mensajería descubrieron el engaño y mandaron a prisión a este señor, quien también tuvo que pagar casi 40 mil dólares a manera de indemnización por faltar al trabajo.
5. Mariem Megalla (en la foto) es una médico forense de Nueva York que trabajaba en conjunto con las autoridades locales desde 1986. En mayo de 2010 puso en jaque a todo el sistema jurídico de la localidad cuando el departamento de asuntos internos descubrió que el resultado de algunos casos se habían puesto en tela de juicio precisamente por el trabajo de esta mujer.
Megalla se inventó la conclusión de exámenes toxicológicos de ciertos cadáveres simplemente porque no quiso caminar a otro edificio en donde realmente le darían los resultados reales y evitarse los trámites de papeleo.
El problema está que si hizo lo mismo por más de 20 años, muchas sentencias dictadas tendrían que ser revisadas y nuevamente dictadas.
6. Ray Brent (en la foto) fue el fundador y dueño de un crematorio en la localidad de Noble, Georgia. Muchos de sus vecinos recurrían a él para contratar sus servicios cuando un familiar cercano fallecía. A Muchos de estos parece haberlos engañado.
Resulta que el horno en donde se llevaba a cabo la cremación de los cuerpos dejó de funcionar y Brent no fue capaz de arreglarlo. Así que se le hizo fácil enterrar a los muertos en el jardín trasero del lugar y en las urnas depositaba polvo de hormigón.
¿Cómo lo descubrieron? Un chofer de una pipa de gas fue quien se encargó de denunciar a las autoridades tan macabro hallazgo, cuando visualizó en el patio de crematorio decenas de órganos a flor de tierra. En total, se desenterraron más de 330 cadáveres.
Brent fue llevado ante la corte y afrontó un juicio, en el cual se le acusó de 787 cargos criminales, entre ellos, fraude, robo, falsedad de declaración y sobretodo, de abusar de los muertos. Fue condenado a 12 años de prisión.
7 y 8. Gary Pivoda y Louis Marciano (ambos en la foto) eran los encargados de mantenimiento del estacionamiento del Empire State Plaza en Nueva York.
Estos hombres siempre llegaban puntuales a su lugar de trabajo, pero lo que nadie sabía es que pasaban la mayor parte del tiempo en una cueva subterránea que ellos mismos hicieron, en donde organizaban partidas de póker y veían cientos de películas, mientras consumían grandes cantidades de droga.
El escondite fue descubierto porque la policía se dio cuenta de que Pivoda era quien le vendía estupefacientes a diversos empleados del lugar. Lo siguieron hasta hallar la guarida, a la que denominaron "cueva del hombre".
Pivoda pasó un año en la cárcel, mientras que Marciano vivió bajó libertad condicional por cinco años y tuvo que prestar 250 horas de servicio a la comunidad.

9. En 2009, como lo dice el sitio elreferente.es, llegó a los tribunales de Murcia, en España, el caso de un hombre que realizaba labores de intendencia en un centro comercial que fue despedido porque sus jefes lo encontraron en una sala muy plácidamente viendo televisión.
No era la primera vez que esta persona caía en faltas. Anteriormente ya se le había descubierto haciendo compras en la tienda precisamente en su horario de trabajo.
Aunque alegó que se encontraba en su tiempo de descanso, no pudo comprobarlo, por lo que las autoridades le dieron la razón a sus patrones.

¿Sabes de un caso similar a estos?
¿Qué deben hacer las empresas para evitar que ocurran estos sucesos?
¿Cómo se puede motivar al empleado para que trabaje mejor?

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