Parte del vestuario, encabezado por Reyes, lo llama "rubia" y no le da la pelota. .
Mejor andate, Diego.No te merecen!
"¡La puta que lo parió!, ¡la hostia! ¡me voy!". Diego Forlán explotó el sábado cuando Quique Sánchez Flores lo sacó en el partido contra Sevilla. Era la decimoquinta vez que el DT lo mandaba a ducharse. Es el jugador al que más veces ha sustituido en la temporada. Demasiado para ser la estrella del equipo.
Forlán se lo hizo saber y Sánchez Flores debió pedir disculpas. Pero la realidad es que entre delantero y entrenador las cosas están bastante bien. Quique lo respeta y trata de cuidarlo: "Sin sus goles no lograremos el objetivo", dice. Cargando lesiones desde noviembre y abrumado físicamente tras el Mundial, el DT se preocupa por el cuerpo de Forlán y trata de tenerlo lo más a punto posible.
Aunque esa vigilancia del míster corra el riesgo de oler a falta de respeto, el gran problema de Forlán son los compañeros. El diario El País de España afirma que uno de los lemas del vestuario es "ni un balón a la rubia", el apodo con el que lo llaman por la espalda. La cabeza de ese movimiento receloso es José Reyes, quien contra Sevilla reforzó una actitud desagradable: pasarle poco la pelota al delantero.
Sergio Agüero tampoco se preocupa mucho, pero a Forlán no le queda otra que morderse la lengua y hacer su trabajo (lleva cuatro asistencias de gol en la Liga, liderando a su equipo) para que sus compañeros no pueden reprocharle: lleva 61 pases a Agüero contra 29 que le dio el argentino y 61-42 en el balance con Reyes.Otra muestra de su solidaridad y fútbol completo que le dio al Aleti una inesperada Europa League (y con ella la Supercopa de Europa), final de Copa del Rey y participaciones en Champions. Logros que hoy suenan extraños en un equipo que se cae a pedazos porque varios de sus jugadores se sintieron desvalorizados por el protagonismo que tomó Forlán en esas conquistas.
Decidieron borrarlo de la cancha y hoy lo pagan caro. El uruguayo no rinde, pero ellos rinden menos. ¿La solución? Parece momento que Forlán abandone un club que no lo ha retribuido como se merece, ni siquiera en una tribuna de memoria corta. Rubin Kazan es el último en prenderse a una larga lista de ofertantes.
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